lunes, 26 de noviembre de 2012

Escribir: ¿Qué? y ¿Cómo?



        Como lo mencione desde el inicio, todos podemos ser considerados escritores, desde el momento en que ponemos un par de letras en un papel, pero asi como patear una pelota no te convierte en futbolista, de igual manera no se puede llamar un escritor, con todo lo que el nombre conlleva, a cualquiera. Puede que esto suene un tanto contradictorio, pero asi es: Todos tenemos el potencial de ser escritores, pero no por eso todos terminaran dedicando su vida a las letras.
          
  Ser escritor, considero yo, es ser alguien que cumple con varias características: Ser capaz de expresarse correctamente con las letras, saber jugar con ellas, inventar con ellas, y más importante aún, crear con ellas. Escribir no es poner un par de palabras en una hoja que cumplan su función de comunicar, no, no es asi. Aquel que es escritor, en mi opinión joven, tal vez inmadura y un tanto idealista, es aquel que con las palabras es capaz de crear un universo, o como lo llamaría el gran maestro de la literatura fantástica J.R.R. Tolkien, un Sub-universo, y que puede plagar ese mundo de sensaciones, aromas, experiencias, diálogos, personas y personalidades, vidas y dioses. Un escritor es aquel que puede tomar las letras, las palabras, los espacios en blanco, los sonidos, los ritmos, y moldearlo en una figura con la herramienta más poderosa que es la imaginación, y todavía hacer que aquello cobre vida en el lector para que lo creado ocasione llantos, risas, carcajadas, gritos, lamentos, tristezas, alegrías, melancolías, ira y un sinfín de emociones. Más aun, lo escrito deberá colarse en la mente del público, crear ahí un espacio infinito y profundo en el que el lector se refugie, se escape, se esconda, viva y reviva, aprenda y cuestione, un lugar que al mismo tiempo asombre y de miedo, todo con un gran toque de solemnidad.  Un escritor debe ocasionar episodios esquizofrénicos, disosaciones de la realidad en la cual el lector se pierda y no sepa dónde está, ni a donde va, que le dé tanto miedo como la muerte misma y que lo deleite como la vida, para que en aquellos hermosos recovecos aprenda a amar y a odiar, el significado de la muerte y su predecesora la vida, y llegue al entendimiento de lo que es su existencia.

            Me gustaría poner mejor, con palabras más sencillas lo que es un escritor, pero asi como este párrafo anterior es críptico, asi es el escritor, y asi, sin comprender lo que es, uno mismo debe aventurarse al mundo de la escritura para que algún dia lo entienda, y se emocione con descubrir el verdadero significado de lo que yo pobremente intenté describir.

¿Y cómo aventurarse, como llegar algún dia a siquiera a poder decir: soy un escritor? Enfrentando una simple, llana y emocionante hoja en blanco. Para ser escritor, se empieza por leer, luego a escribir. Si ya has leído y crees que es momento de empezar a escribir, felicidades… pues en efecto, es la hora. Lo primero que harás es tomar una hoja, o en su defecto abrir un archivo en blanco en tu procesador de texto, y escribir. ¿Qué escribir? Lo que te llegue a la mente, lo que quieras, lo que Dios te cuente, lo que te regale el universo, lo que te susurren los demonios, lo que tu locura te dicte, lo que la musa te meta la cabeza, lo que tu emoción te suplique, lo que las voces te aclamen. Una vez, mi novia, Anna, respondió de la siguiente espectacular forma a la pregunta de cómo enfrentar a la hoja en blanco: “Teniéndole algo interesante que decirle”. ¡Esplendido! En efecto, una aseveración correcta, aunque algo ambigua, porque… ¿interesante para quién? ¡Pues para ti por supuesto! El escritor escribe primero para sí mismo, luego para la vida, y después para los demás. Si al principio te gusta a ti mismo ya llevas un paso adelante.

            Tú escribe lo que necesites escribir, lo que desees escribir. ¿Si será interesante o no? No lo sabrás hasta que hayas terminado. Si te detienes antes, discúlpame la honestidad pero no eres más que un cobarde. Nadie sabe qué gran obra de arte resultará hasta que hayas terminado, y nunca lo sabrás si te detienes. Debes continuar aunque te acometa la tristeza, el miedo, el enojo, o lo peor de todo… la desconfianza. Todos dudamos de nosotros mismos alguna vez en la vida, todos, hasta el que dice que no. Es naturaleza humana. Asi que escribe, escribe y escribe, como un demente, como un adicto, como si tu vida dependiera de ello. Después de todo, lo peor que puede pasar es que tu texto sea malísimo, y de ello aprenderás lo que no debes hacer y lo feo que se siente equivocarte, y no debes deprimirte por ello, pues sin estas experiencias no habría nacido la Sonata de luz de luna de Beethoven, la Mona Lisa de Da vinci, ni las Mil leguas de viajes submarino de Verne.

           Si necesitabas una razón para escribir, ya te la he dado. Y si ya la tenías la he reforzado. Y si nunca te cruzó la idea de escribir por la cabeza, por lo menos ahora sabes a lo que nos enfrentamos los escritores, y te darás cuenta de por qué escribir es un arte.

Para escribir algo tienes que correr el riesgo de burlarte de ti mismo” — Anne Rice

1 comentario:

  1. ¡Vaya! que buena entrada, reiterando la intención de tu propio escrito, me haces sentir bonito de ser estudiante de Letras, de poder estar tan cerca de todo eso. Es como si siempre vieras un diamante, contemplas su belleza, te encanta la delicadeza de su corte, pero un día te explican el arduo trabajo que es hacerle tantas caras, cuánto cuesta pulirlo hasta ese grado de claridad, y dices "es más hermoso aún" y no es el diamante el que cambia, sino la percepción.
    Ya no me acordaba de eso, lo de la página en blanco, y cuando lo leí, me llegó a la cabeza, y es cuando recuerdo que hay cosas que siempre he tenido claras, por muy confuso que sea mi razonamiento a veces. Gracias por esta entrada, sigue así.

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