martes, 23 de septiembre de 2014

Ángel Caído


Ángel caído
A Anna Alejandra Gómez Viramontes

Victor A. H. Segura

Las risas duelen,
en los huesos cala tu sonrisa.
Tu indiferencia incomprendida
revela el camino de cuarzo corrupto.

Ángel guardián en tierra de hombres:
¿Por qué manchar tus alas con nuestra pestilencia?
¿Por qué ceder ante reglas egoístas?
¿Por qué morder tus alas con desesperación?

Si no escapas veras corruptas tus palabras de consuelo,
serán trastornadas en cristales rotos sin reflejo.
Deja las calumnias propias, ni siquiera los rubís son dulces.
¿No preferirías volar a morir entre tanta falsedad?

No busques la flor en el mar,
no hay mapa para el hielo,
no estigmatices tus plumas,
no hay lugar donde las sombras no dancen.

… no soportare verte así…
…deja de sonreír al morir…
…solo una vida debe perecer...
…tu no morirás, tu volaras…
…te obligare.

De la colección: Recuerdos del Soñador de Victor A. H. Segura.

Fallen angel
To Anna Alejandra Gómez Viramontes
Victor A. H. Segura

The laughter hurts,
in the bones your smile penetrates.
Your indifference misunderstood
reveals the path of quartz corrupt.

Guardian angel on men’s earth:
Why stain your wings with our pestilence?
Why give in to selfish rules?
Why desperately bite your own wings?

If you dont escape, your words of confort you will see corrupted,
They will be disrupted on broken glass without reflection.
Leave your own lies, not even rubies are sweet.
Wouldnt you rather fly to die in such a falsehood?

Look no flower in the sea,
there is no map for ice,
do not stigmatize your feathers,
there is no place where the shadows don’t dance.

… i won’t endure seeing you like this…
…stop smiling while dying...
…only one life must perish...
…you will not die, you will fly...
… i will compel you.


From the collection: A Dreamer`s Memories from Victor A. H. Segura.

La historia que precede este poema se remonta al día que fue escrito, el 22 de septiembre del 2010, precisamente cuatro años atrás. El poema está dedicado a quien entonces era mi novia, una mujer fascinante en más de un sentido, un pequeño y dulce delirio de belleza, demencia y unas gotas de tragedia. Un contraste eterno que la otorga con una singularidad especial. Esta mujer, como llegarán a notar con publicaciones posteriores, inspiró varios de mis más bellos poemas, así como los más trágicos y dolorosos y, en cada uno de ellos, encontrarán que por muy bellos que sean siempre incluirá fragmentos oscuros o dolorosos, así como en los más dolorosos, se encontrará una infinita belleza.
            Este poema en particular fue dedicado tras un aniversario y durante un momento en el que yo me hallaba frustrado por no poder levantar a esta mujer de lo que era una de sus peores depresiones. Nada de lo que yo dijera, o hiciera, parecía sacarle siquiera una sonrisa, llenándome de frustración por hacerme sentir que yo, en su vida, era tan solo un evento ocasional, incapaz de cambiar el curso de sus emociones o actitudes. Está frustración me llevó a mí mismo a una pseudo-depresión que me hizo cuestionar el por qué llevábamos una relación en la cual yo era incapaz de hacerla trascender en sus problemas interiores, inclinándome a minorizar mi propia importancia en cada uno de los aspectos de su vida, arrojándome así a una terrible confusión emocional.
            Es bajo el influjo de dicha emoción, que escribí este poema plasmando la imagen de un ángel caído; una figura poderosa que denota la belleza corrupta por una traición. Para mí, la traición era ocasionada por ella hacia ella misma, por ser incapaz de ver lo hermosa que era ella y lo placentero que era estar con ella. Así mismo, la traición era mía, hacia mí mismo, por considerarme en esos momentos tan débil e incapaz para lograr el objetivo de darle un espacio de felicidad.
            El poema fue escrito en un arranque de desesperación que me permitió plasmar mis sentimientos y mis cuestionantes en un llanto de desahogo y que por fin la hicieron recapacitar.
          Les mando un cordial saludo y los invito a apreciar más de mi trabajo en las siguientes páginas: