Cuando
comencé este blog, lo hice con la intención de dejar huella sobre mi paso de un
escritor amateur, a un escritor publicado, con la humilde intención de que
algún día algún aspirante a este bello mundo de las letras pudiera ver que,
como el, comencé desde abajo, dedicándome con amor, disciplina, incredulidad y
respeto a cada uno de mis escritos. Ahora, que mi novela, mi Opera Prima,
Último sueño – Las cinco Estrellas de Lereth. Rompecabezas, ha sido publicada,
me parece como si hubiera trascendido a un plano alterno de realidad paralela,
donde me observo a mí mismo en el pasado y me digo: ¡Lo lograste! Por supuesto,
esto último con lágrimas de orgullo hacia mí mismo, y más aún, hacia mi vástago,
mi libro.
Ahora, puede considerarse que
alcance mi meta.
Y por poco creíble que parezca, esto
ha significado para mí el mayor logro de mi vida. Ni conseguir mi título me pareció
gran cosa; y mira que habría que ver los nervios que me atacaron durante el
examen profesional. Nunca nada se comparará al hecho de haber soñado con algo
por dieciséis años, durante los cuales trabaje ardua e incansablemente, hasta
que al fin ves el resultado. Cuando llegas a la meta, así como el maratonista
mira hacia atrás contemplando la carrera que tanto sudor y esfuerzo le costó,
miras hacia atrás y ves todo lo que te ha costado, lo que has sacrificado, lo
que has dejado atrás. Es un momento en el que comparas la fantasía que
construiste en tu mente con la realidad actual, ¡y que tan poco se parecen! Pues,
aunque dicen que jamás vencerá la fantasía de ti mismo a tu propia realidad,
hay un símil que deja un sabor dulzón en el.
Tal vez, para algunos la auto
publicación en formato digital no signifique gran cosa, pero la verdad es que
tiene cierto encanto. Yo mismo me declaro culpable de no considerar la auto
publicación como un gran logro, y fue por eso que decidí hacerlo de una manera
en que el sabor fuera a gloria, decidiendo participar en el tercer concurso
literario de autores indie de amazon.com.mx.
En un principio esto solo era
probarme a mí mismo, demostrarme que podía sacar mis letras a la luz en un
ámbito profesional, pero resultó ser más que eso.
En poco tiempo, mi novela ascendió
hasta el octavo lugar de los cien libros más populares de fantasía, colocándose
entre Maze Runner y Harry Potter. Cuando lo vi, entre en shock. Mis familiares
y amigos se emocionaban, para mí era un error en el sistema. El shock fue más
grande cuando lo vi ascender entre más de dos mil novelas competidoras en el concurso
hasta posicionarse en el lugar que se encuentra, al momento de escribir estas
líneas: Tercer lugar.
¿Yo? ¿Mi libro? ¿Superando a más de
dos mil autores, a más de dos mil libros? Para las personas que siempre han creído
en mí, esto fue entre un: sabía que pasaría, y un no era para menos. En cambio,
para mí se convirtió en un limbo de dolor y placer.
Stephen King dice en su libro:
Mientras escribo, que no importa cuántas veces un autor publique, este siempre
será inseguro. Y vaya que yo estaba dominado por una inseguridad magnánima. ¡Mi
novela está en el tercer lugar de popularidad! ¿Cómo sucedió? Es verdad que
mientras la escribía había momentos en los que me decía: ¡soy un genio! ¡Esta
obra es gloriosa! ¿Y cómo no? Si he pasado la mitad de mi libro dándole vida a
un universo paralelo, poniéndome el reto de crear una Mitopoeia, Alta fantasía,
tal como lo había hecho mi ejemplo a seguir, mi autor favorito y mi maestro,
Jhon Ronald Rehuel Tolkien. Pero aun después de escribir estas palabras, tengo
que ver de vez en cuando la portada de mi novela entre las listas de
popularidad para creer que esto está pasando.
¿Ganaré el concurso? ¿Pasaré a las
finales? Son cuestiones que prefiero evitar, para no generar ansiedad. Prefiero
disfrutar de este triunfo. Esto está pasando en este momento, y ahora; aunque
como ya mencione, me cueste créelo; y prefiero disfrutar este logro.
Solo pido, que la gente siga amando
mi novela, siga adquiriéndola, siga perdiéndose en sus páginas, que sueñe
conmigo el Último sueño, que admire Las cinco Estrellas de Lereth, que arme el
Rompecabezas, pues siempre ha sido ese mi deseo y una de las razones por las
que decidí tomar el Sendero del escritor.
“El
trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse”.
― J. R. R. Tolkien
Para los que estén interesados en adquirir la novela les dejó el link directo, y la pagina de Facebook: